











Nacimos con la convicción de que nadie está demasiado lejos para volver a Dios. Desde nuestros inicios hemos servido a personas heridas, familias que regresan después de años lejos, hombres y mujeres que fallaron o se sintieron avergonzados. Aquí cada historia importa y cada alma se atiende de manera personal no en serie, sino con el cuidado y el tiempo que merece.
Buscamos crear espacios donde cada persona pueda encontrarse con Su presencia y experimentar un cambio verdadero.
Jesús vino a liberar, sanar y abrir puertas. Queremos que cada persona viva en plenitud, libre de opresión, heridas y cadenas.
Todos fuimos diseñados con un llamado específico. Ayudamos a cada persona a descubrir su identidad, sus dones y su asignación divina.
Somos enviados a ser luz, influencia y esperanza en nuestra ciudad. Una persona transformada puede transformar su entorno.

Este 2025 celebramos 12 años desde que comenzó Cántico Nuevo. Todo inició en el comedor de una casa, con seis u ocho personas reunidas una tarde del 22 de agosto. No hicimos planes; simplemente decidimos dejarnos llevar por Dios y obedecer el impulso que Él puso en nuestro corazón.
Con nuestras primeras reuniones los miércoles, Dios fue fortaleciendo ese pequeño comienzo y dándole forma a lo que se convertiría en el sello de nuestra casa: la restauración. Desde el inicio, Él nos llevó a acompañar a personas a sanar, levantarse, dejar de llorar, reencontrar su identidad, y apoyar a matrimonios en procesos de reconciliación.
Lo que nació como un encuentro sencillo en un comedor se convirtió, de manera natural, en un lugar donde las vidas pueden ser restauradas.








Aprendimos que cuando soñamos, Dios siempre supera nuestros sueños. Declaramos lo que nos enseñó el pastor Robert Barrier: “Soñamos con ser una iglesia pequeña… con un montón de gente.” Es decir, crecer sin perder la cercanía, la atención personal y el corazón familiar que nos caracteriza.

Como Iglesia Cántico Nuevo pertenecemos a la red Reino y Avivamiento. Nuestros pastores, los apóstoles Max y Graciela Heveling, son nuestra cobertura espiritual. Caminamos bajo su pastoreo, guía y mentoría, y nos cubren como padres espirituales. Somos sus hijos espirituales y nos sentimos profundamente bendecidos y privilegiados.
Formamos parte de una red de iglesias que crece continuamente. Presencia actual: